[N. del R.: Crónica de los delirios de un cumpleaños... qué bien la pasé.]
Juan 2 relata el episodio de las bodas de Caná, en el que la Virgen María, con encantadora modestia, le pide a Jesús que haga algo, porque se dio cuenta de que en ese casamiento no había vino. La carencia de vino era un papelón, dado que en esa época no había gaseosas, ni agua mineral con gas, ni varietales, ni pisco ni sidras; en esa época el vino representaba lo que hoy es tan necesario para nuestras fiestas de casamiento como el carnaval carioca, la pata de cordero, los panqueques flambeados, los contorsionistas, el brasuca que enseña a bailar axé, las ligas de la novia, la tirita con el anillo de oro, revolear a los novios por el aire y el lanzamiento del ramo para las solteronas.
Jesús al principio parece que se retoba, pero le hace caso a su mamá, y transforma en vino riquísimo el agua de unas tinajas que había por ahí cerca.
Nunca creería que la mesa de jardín del patio de casa sería la sede de una remake de este primer milagro de Jesús, casi dos mil años después, cuando quedábamos 8 ó 9 a eso de las 2 de la matina, y Mary pela el champán para el chinchín. María hizo surgir el vino donde sólo había gaseosa. Larga vida a Mary, que con su encanto y su libación etílica nos despertó las musas nocturnas que nos sugirieron añoranzas de “Jem y The Holograms”; “Tiempos Violentos” con Olmedo y Nagy; el programa “Cualquier Cosa” del Tano Enzo y su “macuca” por FM Suburbana; El Clan de Patsy; los juguetes de Cartan, que tan fantásticos parecían en la tele y después eran una cagada –¡superamos los diez!, sin repetir y sin soplar: el Ker Plunk, el Tip Pit, el Thin Ice, la Silly Soup, los Ojos Fantásticos del Mundo de Big Bird, el Spy Tech con el micrófono de largo alcance y el periscopio, el Magic Cake Oven, los excita-sádicos Crash Dummies, los Micro Machines, las Quints, el Rub-a-Dub Doggie, los Grabbin’ Grasshoppers y la muñeca negra Kenya–; Xuxa la “arisca”; el doctor Miroli –un orgullo que sea adroguense–; “Yo no era muy ‘Agujerito’”; los vanos intentos por los diez minutos sin nombrar o evocar a los Simpson –creo que una vez lo conseguimos–; Alicia y la viejita, profesoras de Oficina Laboral, Legislación Fiscal, y de otras materias contables inexplicables de la secundaria; la “Colada” de Fax; Pelín y quién sabe qué más.
María hace surgir el “vino que alegra el corazón del hombre” (Salmo 104, 15a, y cf. Eclo 40, 20a). ¡Enhorbuena por ambas!
El muy humilde siervo de vuestras reverencias
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