jueves, 6 de septiembre de 2012

Frío, frío, congelado...

Un hombre volvía a su casa de noche y se encontró con Nasrudín en cuatro patas tanteando el piso debajo de un farol.

- ¿Perdió algo, Maestro? -preguntó el hombre.

- Sí, mi llave -contestó Nasrudín, muy concentrado.

El hombre se agachó para ayudar en la búsqueda. Pero después de un rato, seguían sin tener éxito. El hombre comentó:

- ¿Está seguro de que se le cayó por acá, Maestro?

- No, seguro que fue en mi casa.

- Y entonces ¿por qué la está buscando en este lugar???

- ¡Porque acá hay más luz!