martes, 11 de enero de 2011

Para los que hemos mirado las canciones de María Elenita

Muchachos, se fue María Elena, y tenemos que seguir cuidándole el mundo que creó. Propongo que nos repartamos las tareas:


Uno que abrigue a la leche que tiene frío.

Uno que no le tire con cuchillo a la naranja que se pasea de la sala al comedor.

Uno que prevenga a la hormiga Titina de los peligros de caminar con maña por la telaraña.

Uno que se lamente porque el último tranvía que rueda todavía se vaya, se vaya, se vaya.

Uno que sea duende fiel del jardín y les toque el cascabel a las flores cuando estén tristes.

Uno que sienta llover una flor y otra flor celeste de jacarandá al este y al oeste.

Uno que tome solcito a la orilla del mar con Perro Salchicha.

Uno que adivine, adivinador, adivine.

Uno que le pregunte a Manuelita dónde va.

Uno que escuche cantar mucho a Juan Poquito.

Uno que baile chacarera con los gatos.

Uno que piropee a la bella sirena buena buena.

Uno que apunte con el dedo a la reina Batata.

Uno que no llore con la vacuna Luna-luna-lú como el brujito de Gulubú.

Uno que avise que por el camino vienen los Reyes Magos.

Uno que no se ría de las monerías de la Mona Jacinta.

Uno que vea vea vea que vuelan estampillas por el correo.

Uno que consuele al gato Confites cuando le duela la muela.

Uno que junte tira con tirita, y ojal con botón.

Uno que llame José al sol cuando sale y escuche al pajarito chino cantar en japonés.

Uno que cuente las cosas que quería comprar el osito Osías en un bazar.

Uno que rumie la lección en un rincón junto a la vaca de Humahuaca.

Uno que vea o no vea al gato que pes- allí, allí, sentado en su ventaní-.

Uno que perdone a la viuda Pájara Pinta ponerlo triste cuando la oiga cantar.

Uno que anuncie que en Belén ha nacido un Niño con tres pecas en la nariz.

Uno que no espante a las polillas que comen lana de color con cuchillo y tenedor.

Uno que le unte la mermelida Don Enrique del Meñique, el que se enganchó los pantalines.

Uno que adivine quién es ésta, que está en el aljibe con su camisón.

Uno que mire sin ver los mil quinientos treinta chimpancés del señor llamado Andrés en el Reino del Revés.

Uno que estornude a-a-a-a-a-a-chís.

Uno que escuche a D's dictándole el argumento al señor Juan Sebastián.

Uno que dé un pasito para allí y no recuerde si lo dio.

Uno que pida que se enciendan las nuevas luces del viejo varieté.

Uno que se queje de lo vivos que son los ejecutivos.

Uno que publique que una madre ama a su crío con su caca, en plena vigencia del País-Jardín-de-Infantes.

Uno al que le duela si se queda, pero que le duela si se va.

Uno que a la hora del naufragio y la de la oscuridad nos rescate para ir cantando al sol como la cigarra.


© El muy walshesco siervo de vuestras reverencias, aka Mariano Hellmuth

10/1/2011