Irá a dormir al cementerio vivo de cosas inútiles, de donde puedo resucitarla para revivals memorabílicos, sin recurrir a médiums ni quedarme con tribulaciones morales por andar perturbando el descanso de los difuntos.
Convivirá con un cospel de subte, mi gran colección de boletos capicúa -y mi mayor aún colección de boletos no capicúa, que tengo ordenados por número, pero que yo juntaba porque me gustaban los números de serie-, mi puñado de boletitos de cartón del viejo Roca, y algún que otro boleto desteñido de mis primeros viajes en colectivo con máquina expendedora.
¡Ah! Y la vedette, la bip! de Transantiago. Comienza la colección de tarjetas de medios de transportes masivos del mundo. Tendré que ir buscando más cajas. ¡Iuju!
El lunes estreno la SUBE. Deséenme suerte.
El lunes estreno la SUBE. Deséenme suerte.